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Arquitectos: Iván Quizhpe Arquitectos
- Área: 120 m²
- Año: 2019
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Fotografías:BICUBIK
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Proveedores: Fairis
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el Centro Histórico de Cuenca, dentro del barrio de Todos Santos, caracterizado por su uso principal de panaderías y hornos tradicionales de leña, se desarrolla este proyecto que propicia un uso afín. El diseño emplea principios esenciales de la arquitectura del pasado en un lenguaje contemporáneo, no solo a través de la tipología y la materialidad, sino también por medio de la austeridad formal.
El predio disponía de una pequeña estructura de interés patrimonial, categorizada con valor ambiental, emplazada con frente hacia la calle Mariano Cueva. La preexistencia estaba definida por una cubierta de teja a dos aguas que descansaba sobre tres muros de adobe: el de la fachada y los laterales. Mediante el uso de técnicas constructivas tradicionales se rehabilitaron estos elementos y se incorporaron a la propuesta.
El proyecto, basado en la tipología de casa-patio, configura los ambientes en torno a un depurado patio central que ventila y llena de luz el interior. La construcción presenta un volumen frontal de una planta conectado mediante una pasarela a un volumen posterior de dos plantas cuya cubierta asume la altura, pendiente y materialidad de la cubierta colindante.
Para la nueva estructura se optó por un sistema constructivo en base a perfiles de acero, con el objetivo de reducir la sección de los elementos estructurales, optimizar al máximo el espacio y generar plantas libres y versátiles. El uso del ladrillo y el carrizo proporcionan calidez y carácter local al espacio, mientras que el vidrio y el blanco de los muros multiplican la luz y amplían la percepción espacial.
El patio, un espacio abierto al cielo que invita a la reflexión de cuestiones inherentes al propio ser y a la eterna relación entre el hombre y la naturaleza, ha estado presente en arquitecturas de todos los tiempos, en múltiples regiones. Hemos explorado estas relaciones para aplicarlas en varios proyectos, redescubriendo la belleza y la utilidad de este espacio.
Un espejo de agua define la superficie del patio que es atravesado diagonalmente por la luz. Un jacarandá marca el centro del espacio, su magnífico efecto contrastante de floración azul-violácea, la brisa que mueve su follaje, la visita cautelosa de los pájaros, el reflejo del cielo y el transitar de las nubes, el sonido de las gotas de lluvia golpeando el agua y dibujando ondas, el silencio, se convierten en artífices del proyecto y reflejan la vida y el tiempo. No hay necesidad de más.